Probióticos

¿Qué pensarías si te dijera que nuestro bienestar está fuertemente ligado a la salud
del intestino? ¡Pues es verdad!

En la actualidad existen una infinidad de evidencias que ligan la salud intestinal con un sistema inmune resistente, e incluso con tranquilidad emocional. De manera sencilla y en pocas palabras, en nuestro intestino grueso hospedamos microorganismos a los que llamamos “microbiota”, algo así como 10 12  a 10 14 , un número mayor que las células humanas. Esos organismos se dividen en dos: existen organismos normales (que favorecen la salud del intestino) y anormales (que mantienen controlada a la comunidad). Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), estos organismos deben estar en un equilibrio indispensable en nuestro cuerpo, para el buen funcionamiento inmunitario, digestivo y respiratorio, así como la nutrición (pues en esta parte del intestino se absorben los nutrientes). La microbiota no solo es una “comunidad acompañante”, se le considera también un órgano metabólico. Debes saber, además, que en el intestino se encuentra el 70% del sistema inmune ¡así de valiosa es!

La microbiota del intestino es tan importante, que estudios aseguran que alteraciones intestinales pueden provocar algunos problemas como la obesidad, síndrome de intestino irritable, asma y hasta hígado graso no alcohólico. Una alimentación alta en grasas, acida, alta en productos de origen animal, alimentos irritantes, falta de ejercicio, sobrepeso, así como algunos medicamentos nocivos pueden afectarla, siendo aún peor si existe una combinación de varios. Por eso, debes de cuidarla, y la mejor manera de hacerlo es manteniendo una dieta adecuada, y aprovechar algunos alimentos que tenemos al alcance para mantener a ese pequeño mundo feliz y saludable, pues de él depende nuestro bienestar (2).

Aquí es donde te presentamos a los probióticos, que pueden favorecer la fortaleza intestinal. ¿Qué son?

Los probióticos según la Organización Mundial de la Salud son organismos vivos, que cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios a la salud del organismo, “Pro” a favor de, “bióticos” vida. Ahora todo toma sentido. De entre los beneficios más importantes que podemos destacar, incluir probióticos en nuestra dieta puede:
1. Prevenir algunas enfermedades del tubo digestivo y enfermedades de tipo inmunitarias (alergias) (1)

  1. Mejorar las defensas de la mucosa intestinal en pacientes con VIH y sida, así como el crecimiento en lactantes contagiados (4).
  2. Según la revista de gastroenterología de México, los probióticos pueden mejorar las molestias estomacales como distención abdominal y eliminar las flatulencias (3)
  3. Mejorar el tratamiento para trastornos metabólicos y la obesidad, pues restauran la barrera de la mucosa intestinal alterada por el sobrepeso, según Melanie Le Barz, investigadora, en una publicación de la Revista Metabolismo y diabetes (6)
  4. Pueden ser útiles en el tratamiento de la Colitis Ulcerosa, pues puede revertir daños en casos leves y prevenir la enfermedad (5)
  5. Son buenos para el tratamiento de infecciones respiratorias (asma) y gastrointestinales, según el Instituto de Nutrición Clínica de la Universidad de Hohenheim, Stuttgart, Alemania. así como mejorar en el estilo de vida en personas de la tercera edad, cuando su microbiota ha cambiado por la edad (7)
  6. Mejorar los trastornos o síntomas como diarreas asociadas con antibióticos e infecciones intestinales agudas en niños (8)(9)

¿Dónde encontrarlos?
Encontrar probióticos es muy fácil, pues están en algunos alimentos de manera natural; muchas a veces se añaden a ciertos alimentos, pero, toma en cuenta que lo natural es mejor, pues en los productos no logran mantenerse vivos y aportar sus beneficios. Debes de saber que para obtener una microbiota intestinal adecuada, no solo se necesitan probióticos, sino también prebióticos. Los prebióticos son la “comidita” de los probióticos y bacterias benéficas del intestino, que favorecen y mantienen saludable la microbiota intestinal, de algo tienen que vivir ¿no? Por eso no deben de faltar en tus alimentos. Los siguientes son opciones saludables:

En probióticos
Algas marinas. Las micro algas o algas marinas, son microorganismos unicelulares que se encargan de llenar nuestro intestino de bacterias beneficiosas, estas algas también aportan proteínas y estimulan el sistema inmunitario por sus nutrientes. Las puedes encontrar en todas partes, te recomendamos Algas Kelp de COLPAC, pues son muy ligeras y las puedes utilizar en cualquier licuado o sopita que hagas.
Yogurt de soya. Este peculiar alimento, puede repoblar la flora bacteriana, reforzar las defensas y favorecer la síntesis de vitaminas.

En sazonadores derivados de la soya como Aminos, es un producto parecido a la salsa de soya, pero no es salsa de soya. A diferencia de las salsas de soya comunes, Aminos no es altamente procesado, lo que permite que mantenga vivos sus probióticos.

En comprimidos por prescripción médica puedes obtener probióticos, dependiendo de tus necesidades.
Prebióticos…

En bebidas vegetales con inulina como Soyapac liquida, que favorece el ambiente de la comunidad intestinal, además de aportar proteínas.

En Legumbres como soya, frijoles, garbanzos, etc. Estos alimentos no son probióticos, pero son el alimento de las bacterias buenas, lo que favorece el crecimiento de los probióticos, de igual manera las papas, los camotes o batatas, cereales integrales como el salvado de trigo, avena o cebada que contienen inulina (alimento para las bacterias buenas). Ajo, cebolla, puerros, alcachofas y espárragos, también contienen inulina y fructooligosacárido, el alimento preferible de los organismos amigables. ¡Ahí los tienes! Como puedes ver, cuidar de tu microbiota es muy importante, asegura tener una dieta alta en vegetales que aporte la fibra necesaria y muy, muy baja en grasas. ¡Cuida tu intestino, cuida tu salud!

 

Bibliografía:
(1) Marteau, P., Cuillerier, E., Meance, S., Gerhardt, M. F., Myara, A., Bouvier, M., … & Grimaud, J. C. (2002). Bifidobacterium animalis strain DN‐173 010 shortens the colonic transit time in healthy women: a double‐blind, randomized, controlled study.Alimentary pharmacology & therapeutics, 16(3), 587-593.
(2) Icaza-Chávez, M. E. (2012). Microbiota intestinal en salud y enfermedad. Revista de Gastroenterología de México,77(Supl 1), 23-25.
(3) M. Brenner,M.J. Moeller,W.D. Chey.(2009). The utility of probiotics in the treatment of irritable bowel syndrome: A systematic review. Am J Gastroenterol, 104, pp. 1033-1049.

(4) Brunser, O. (2013). El desarrollo de la microbiota intestinal humana, el concepto de probiótico y su relación con la salud humana.Revista chilena de nutrición, 40(3), 283-289.
(5) Chibbar, R., & Dieleman, L. A. (2015). Probiotics in the management of ulcerative colitis.Journal of clinical gastroenterology, 49, S50-S55.
(6) Le Barz, M., Anhê, F. F., Varin, T. V., Desjardins, Y., Levy, E., Roy, D., … &
Marette, A. (2015). Probiotics as Complementary Treatment for Metabolic
Disorders.Diabetes & metabolism journal, 39(4), 291-303.
(7) Bischoff, S. C. (2015). Microbiota and aging.Current Opinion in Clinical Nutrition & Metabolic Care.
(8) Thomas, L. V., Suzuki, K., & Zhao, J. (2015). Probiotics: a proactive approach to health. A symposium report.British Journal of Nutrition, 114(S1), S1-S15.
(9) Caffarelli, C., Cardinale, F., Povesi-Dascola, C., Dodi, I., Mastrorilli, V., & Ricci, G. (2015). Use of probiotics in pediatric infectious diseases.Expert review of anti- infective therapy, 1-19.
(10) Directo al paladar. (2012). Prebióticos y probióticos: sus beneficios y cómo incluirlos naturalmente a tus platos. Revisado el 18 de noviembre de 2015. http://www.directoalpaladar.com/salud/prebioticos-y- probioticos-sus- beneficios-y- como-incluirlos- naturalmente-a- tus-platos
(11) Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Probióticos. Revisado el 18 de noviembre de 2015. http://www.fao.org/food/food-safety- quality/a-z- index/probiotics/es/
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. (2012).
Probióticos en los alimentos Propiedades saludables y nutricionales y directrices para la evaluación. Revisado el 18 de noviembre de 2015. ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/009/a0512s/a0512s00.pdf