Alimentación Saludable: Trascendencia en México

Una alimentación correcta es la base de una vida saludable

Alimentarse es una necesidad biológica indispensable para poder conservar la vida. Empero, para las personas representa mucho más que solo eso: es un estímulo placentero para los sentidos, es un instrumento eficaz de comunicación y vinculación social, es el elemento central de reuniones y fiestas, es un instrumento para mantener y fortalecer el sentido de identidad y, además, hace no mucho tiempo es la forma predilecta de la gente para cuidar de su salud. (Rodríguez, 2001)

La preocupación por una alimentación sana ha sido una constante en toda la historia de la humanidad, desde siempre la gente ha sabido que una buena alimentación es importante para su vida ya que incide de forma directa en el mantenimiento y recuperación de la salud. Sin embargo, en la sociedad actual (sociedad del bienestar) la gente es cada vez más consciente de que uno de los factores más importantes que pueden influir en su estado de salud es la dieta. Las estadísticas actuales indican que la salud es una preocupación de primer orden en todas las sociedades. Existe un interés creciente por la nutrición y los hábitos alimentarios saludables, y a la hora de hacer la compra de alimentos, la salud es uno de los principales motivos que se tienen en cuenta para la elección de los mismos; lo que ha aumentado el consumo de alimentos que se consideran sanos y saludables. (Munárriz, 2009)

No obstante, aunque cada día incrementa el número de personas que están adoptando hábitos alimentarios más saludables, haciendo una revisión general de la alimentación en México, podemos obtener algunos resultados no tan positivos, que fueron obtenidos de la ENSANUT 2016 que nos dicen que en los adultos se observan bajas proporciones de consumidores regulares de la mayor parte de los grupos de alimentos recomendables: sólo el 42.3% consumen regularmente verduras, 51.4% frutas y 70.0% leguminosas. En cambio, se observó una elevada proporción de consumidores de algunos grupos de alimentos no recomendables para consumo cotidiano: 85.3% consumen regularmente bebidas azucaradas no lácteas, 38% botanas, dulces y postres y 45.6% cereales dulces.

Aunado a lo anterior, los principales obstáculos que tiene la población mexicana para alimentarse saludablemente fueron la falta de dinero para comprar frutas y verduras (50.4%), falta de conocimiento (38.4%) y tiempo (34.4%) para preparar alimentos saludables, falta de una alimentación saludable en la familia (32.4%), preferencia por consumir bebidas azucaradas y comida chatarra (31.6%), falta de motivación (28.3%) y desagrado por el sabor de las verduras (23%). El 81.6% de la población adulta gusta del sabor de las bebidas azucaradas, sin embargo, la mayoría (92.3%) no las consideran saludables. (Pública, 2016)

Aunque podemos ver que aún predomina el consumo de bebidas y alimentos no saludables entre los mexicanos, el gusto de los consumidores se está modificando lentamente al ser orientado hacia el consumo de alimentos que propicien un estilo de vida de mayor calidad. La incorporación de nuevos alimentos a la cesta de la compra responde no solamente a un estilo de vida que apremia sino también a un nuevo enfoque social y cultural de la alimentación. Es un proceso de cambio lento pero irreversible y el reto consiste en crear nuevas representaciones que orienten el comportamiento alimentario de los ciudadanos.

Para tener una alimentación correcta y saludable es preciso que sea:

  • Completa: Que contenga todos los nutrimentos.
  • Variada: Diferentes alimentos en las distintas comidas.
  • Suficiente: Que cubra las necesidades de quien la consume.
  • Equilibrada: Guardar porciones adecuadas entre sí.
  • Inocua: Que no cause ningún daño para la salud.
  • Adecuada: Acorde con los gustos y la cultura de quien la consume.

Recomendaciones para una alimentación saludable:

  • Incluir alimentos de los tres grupos (Frutas y Verduras, Cereales y Tubérculos, Leguminosas y Alimentos con proteína) en cada tiempo de comida.
    Los 3 grupos son importantes y ninguno debe privilegiarse sobre los demás.
  • Consumir verduras y frutas de temporada: Incrementar el consumo de vegetales verdes.
  • Preferir verduras y frutas con cáscara y crudas. ya que incorporarlas a la alimentación diaria ayuda a reducir la densidad energética de la dieta, y además son fuente de carotenos, de vitaminas A y C, de ácido fólico y de fibra dietética y dan color y textura a los platillos, así como otras vitaminas y nutrimentos inorgánicos.
  • Preferir cereales integrales o de grano entero: Limitar el consumo de cereales con grasa. Combinar las leguminosas con los cereales para mejorar la calidad de las proteínas y el índice glucémico.
  • Consumir la amplia variedad de frijoles y otras leguminosas: lentejas, habas, garbanzos y arvejas, por su contenido de fibra y proteínas.
  • Consumir agua simple potable como fuente principal de hidratación.
  • Tener buenas prácticas de higiene al preparar, servir y comer los alimentos. (Federación, 2013)

El creciente interés por seguir una alimentación saludable para alcanzar estados óptimos de salud empieza a generar nuevas tendencias en los hábitos alimentarios y sobre todo una nueva concepción de la naturaleza y el significado de los alimentos. Recuerda que una alimentación saludable es cuestión de calidad, cantidad y combinación, en personas sanas como en las que tienen alguna enfermedad crónico-degenerativa (Diabetes, Hipertensión, etc.) La nutrición debe ser individualizada, por lo que cada persona debe aprender a tomar la responsabilidad de realizar elecciones correctas al comprar o adquirir un alimento.

 

Bibliografía

Federación, D. O. (22 de Enero de 2013). dof.gob.mx. Recuperado el 22 de Septiembre de 2017, de dof.gob.mx: http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5285372&fecha=22/01/2013

Munárriz, L. Á. (Junio de 2009). Estilos de vida y alimentación. Gazeta de Antropología, 25(1). Recuperado el 22 de Septiembre de 2017, de http://www.ugr.es/~pwlac/G25_27Luis_Alvarez-Amaia_Alvarez.html

Pública, I. N. (31 de Octubre de 2016). Recuperado el 22 de Septiembre de 2017, de http://www.promocion.salud.gob.mx/dgps/descargas1/doctos_2016/ensanut_mc_2016-310oct.pdf

Rodríguez, H. B. (Octubre de 2001). La alimentación y la nutrición en México. Comercio Exterior, 51(10), 898. Recuperado el 22 de Septiembre de 2017, de http://revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/31/6/RCE.pdf